sábado, 11 de febrero de 2012


Caso Garzón: el regreso de la España negra

Por: | 10 de febrero de 2012
ManifestacionApoyoGarzon
Una de las Españas vuelve a helar el corazón de los demócratas del planeta. Desde 2010, la persecución judicial contra el magistrado Baltasar Garzón ha sido una de las noticias españolas recurrentes en los medios internacionales; desde ayer, jueves 9 de febrero, cuando a Garzón le cayó la primera condena, la rectitud de la justicia española se incorpora a la lista de interrogantes razonables sobre este país suscitados en los últimos años. Otros serían la solvencia de su economía, la calidad de su democracia y la incorruptibilidad de su élite.
   WeSupportGarzonLas primeras reacciones a la primera condena a Garzón son de perplejidad. En un artículo publicado en la edición online de la revista Time, Lisa Abend concluye con esta verdad: “De todos los implicados en el escándalo de corrupción masiva (Gürtel), sólo el juez que lo investigó ha sido condenado”. La información de Time califica a Garzón de “uno de los más célebres magistrados del mundo”, lo identifica con la defensa universal de los derechos humanos y recuerda su actuación contra el dictador chileno Pinochet. La cascada de acusaciones contra él aceptadas por el Tribunal Supremo, señala, “ha convencido a muchos de que Garzón es víctima de una caza de brujas (witch hunt)”.
    GarzonEn un editorial ampliamente difundido en España, The New York Times analizó el pasado 5 de febrero el juicio de Garzón por intentar investigar los crímenes del franquismo. Decía: “Crímenes terribles ocurrieron durante y después de la Guerra Civil española de 1936-1939 sin que ningún tribunal los haya aún examinado o juzgado. Nadie sabe cuánta gente fue secuestrada, torturada y asesinada. Ahora, uno de los principales magistrados investigadores de España, Baltasar Garzón, se sienta en el banquillo por atreverse a abrir un sumario sobre esas atrocidades”. El diario neoyorquino le daba la razón: “Él observa acertadamente que, bajo el derecho internacional, no puede haber amnistía para los crímenes contra la humanidad y que las desapariciones no resueltas –miles de tumbas masivas no han sido abiertas- constituyen un delito continuado”. Este juicio a Garzón, concluye, es “un eco turbador del pensamiento totalitario de la era de Franco” y “una ofensa contra la justicia y la historia”.
   TorquemadaUna de las habilidades de la actual España había sido la de hacer olvidar ante sí misma y ante el resto del mundo la negrura (Inquisición, expulsión de judíos y moriscos, Torquemada, integrismo católico, Fernando VII, Franco...) de la que procede… y la persistencia de esa negrura. Cuando Garzón empezó a ser linchado por osar investigar los crímenes del franquismo, ese disfraz empezó a rasgarse.
    El 15 de mayo de 2010, un editorial de Le Monde decía: “El caso Garzón levanta dos cuestiones embarazosas para la España actual. El ensañamiento evidente de una parte de la magistratura para desembarazarse de un incómodo electrón libre traduce un inquietante disfuncionamiento institucional. (…) La España democrática ha alumbrado instituciones enfermas por su politización, y en primer lugar la justicia. Y sobre todo, la estrategia del olvido no ha funcionado. Mas que la defensa de un magistrado de personalidad y métodos controvertidos, la movilización de decenas de millares de personas en Madrid estas últimas semanas se dirigía contra “la impunidad del franquismo”. Los manifestantes reclamaban “verdad, justicia, reparación y solidaridad con las víctimas”, exhibiendo fotos en blanco y negro de un abuelo o un tío abuelo enterrando en alguno de los numerosos osarios de la guerra civil. Estos españoles viven mal que se quiera castigar al único magistrado que, contra viento y marea, ha intentado ayudarles.”
     Interrogatorios.DashiellHammettPS. Durante la Guerra Civil española, Dashiell Hammett (1894-1961), el padre de la novela negra, militó activamente a favor de la causa republicana. Proclamándose neutral, el presidente Roosevelt prohibió el suministro de armas norteamericanas a las tropas leales a la Segunda República. Hammett, entre otras muchas cosas, firmó una petición de los Amigos Americanos de la Democracia Española dirigida a Roosevelt que decía: “En nombre de la decencia y la humanidad, usted debe revocar la no intervención norteamericana a fin de que aquellos que no aceptan el fascismo y el nazismo tengan una oportunidad de luchar por sus vidas”.
    Años después, en 1951, Hammett se sentaría en el banquillo de los acusados por negarse a colaborar con la caza de brujas del senador McCarthy. Como allí también se negó a responder a las preguntas del juez, fue enviado seis meses a la cárcel por “desacato”. Según contó Lillian Hellman, le dedicaron a limpiar las letrinas. En 2011 la editorial Errata Naturae publicó un libro, Interrogatorios, que recrea ese episodio.

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